El mercado forex consiste en la especulación, y la especulación crece con la volatilidad
Se suele oír la siguiente expresión: “Siempre hay oportunidades dentro del caos”. Esta sabia frase sirve especialmente para el mercado forex, donde la volatilidad es la regla, y, donde hay volatilidad, un inversor experto siempre puede especular. También se suele decir que, si no hubiera volatilidad, no existirían los principios fundamentales del mercado, así siempre es bienvenida una buena dosis de furia de vez en cuando. La volatilidad es señal de actividad y de posibles ganancias (o pérdidas).
No todos los participantes en los mercados de divisas comparten esta idea. A las sociedades anónimas, por ejemplo, no les gusta la volatilidad, y tampoco a los miembros del gobierno por la misma razón. Es difícil desarrollar un mercado internacional cuando los contratos de negocios se dilatan durante largos períodos de tiempo y están sujetos a tipos de cambio subyacentes que cambian de forma radical los compromisos financieros a largo plazo que se deben cumplir. La historia del mercado de divisas ha estado marcada por largos períodos en los que los mecanismos artificiales de fijación de precios se han empleado para acabar con la volatilidad por varias razones comerciales. Cada intento para dictar los precios del mercado acababa siendo descartado o sustituido.
Las economías de las naciones emergentes tradicionalmente han congelado sus divisas para desarrollar estrategias dirigidas por el comercio de exportaciones en una plataforma de divisas estable. China sigue manteniendo su sistema de congelación, aunque, de vez en cuando, la presión de las condiciones del mercado ha forzado a los responsables públicos a permitir que el renminbi flote durante un corto período de tiempo para resolver las diferencias comerciales. India ha mantenido una rupia flotante con controles mínimos sobre la venta en determinadas ocasiones, pero la necesidad de la inversión dentro de la nación en la infraestructura del país siempre ha absorbido cualquier aumento de las reservas de divisas extranjeras, y por esa razón se compensa la presión sobre las valoraciones de las divisas.
Aparte de estos dos grupos, es un hecho que los inversores, individuales y comerciales, anhelan la volatilidad del mercado para facilitar sus respectivas estrategias en el mercado forex. La comunidad de brokers de forex, como grupo, necesita la volatilidad del mercado para llevar a cabo sus negocios. Un mercado activo da vida a los inversores, y los inversores con mucho trabajo tienden a ejecutar más pedidos en períodos de tiempo más cortos, lo que da lugar a unos mayores ingresos por comisiones para los brokers. Sin embargo, existe un límite. La volatilidad excesiva puede sobrecargar los servidores, lo que impide que se lleven a cabo operaciones básicas, justo lo contrario de lo que los brokers quieren que pase. En la actualidad, un broker podría preocuparse menos por la dirección del mercado o por los niveles de los precios. Las mejores condiciones son aquellas en las que prevalece una actividad fluctuante con doble sentido moderada.
¿Existe un par de divisas más volátil que el resto? El premio se lo lleva el par “GBP/USD”. Desde la perspectiva de la inversión, estaría en el tercer puesto en lo que se refiere a volumen, presumiendo de una cuota del 15% para ese criterio. Sin embargo, aunque un movimiento de 100 pips puede ser la media para la mayoría de los pares, la libra puede dar la vuelta dos o tres veces a esa media diariamente. Conocida por los movimientos repentinos, solo los inversores con experiencia deberían intentar controlar este “poni salvaje”.
En los setenta, cuando los responsables públicos llevaban sus divisas a modelos de mercado sin flotación, les impresionaba el nivel de volatilidad diaria que el mercado existente demostraba una vez se retiraban las restricciones artificiales. A veces, el mercado es imperfecto y se desvía del modelo eficiente dictado por la academia. Aunque se difunda mucha información, los seres humanos deben seguir interpretando los datos y ejecutar estrategias de inversión dispares. Las diferencias de opinión, la experiencia y las condiciones locales llevan a que haya variedad de interpretaciones, y estas variaciones generan el observado comportamiento “zigzagueante” de los precios.
Los inversores y los brokers propician del mismo modo la volatilidad. Sin ella, la naturaleza especulativa de la profesión no existiría. Pero, como suele pasar en todas partes, las cosas con moderación son mejores.
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