domingo, 7 de julio de 2013

El becario en la empresa

El becario en la organización empresarial

Con el verano llegan a muchas empresas personas que dan sus primeros pasos en el entorno laboral: los becarios.

Recién salidos de universidades y grados encaran con ilusión y respeto el contacto con lo que será su profesión.

Que este periodo resulte productivo para esa persona y para la compañía que lo acoge depende de ambos. El primer paso que recomiendan los expertos es pararse a pensar y comprobar qué esperan ambas partes de ese periodo de prácticas. Comprobar que se tienen las mismas expectativas, o que podemos acercarlas, ayuda a perfilar un verano más eficaz para los objetivos de ambas partes.
¿ Qué debe hacer el becario? Antes de comenzar conviene repasar algunas reglas que la personas que llega al trabajo debe saber si quiere que su despegue laboral sea de provecho:

1) Pregunta todo aquello que no sepas, todo aquello sobre lo que quieras aprender.

2) Muestra una actitud proactiva. Durante los periodos de aprendizaje muchas veces es más importante la actitud que se muestra que los conocimientos que se tienen ya adquiridos.

3) Proyecta una imagen profesional, aunque seas nuevo en el mercado laboral hay actitudes y comportamientos, como la puntualidad, que te van a ayudar en tu día a día.

4) Adáptate a la cultura organizativa de la compañía. Cada grupo humano se rige por una serie de reglas y detalles, a veces imperceptibles. Es importante estar atento e intentar acoplarse a ese sistema si queremos que nuestro desarrollo en la compañía sea lo más fructífero posible. No tengas miedo a cometer errores. Los pequeños fallos te van a proporcionar una experiencia decisiva en futuros trabajos.

5) Busca un mentor, si la empresa no ha dispuesto uno, para mejorar tu orientación y tu rendimiento.

Generación Y
Desde cualquier departamento de la empresa, más allá de recursos humanos, hay que tener en cuenta una serie de factores decisivos en el trabajo junto a los miembros de las nuevas generaciones (Y o X). Muchos de ellos son nativos digitales. Su capacidad de adaptación a entornos informáticos diferentes a los usuales es mayor. También presentan patrones diferentes a la hora de comunicarse.
Su dominio 2.0 los hace profesionales más presentes que lo que sucedía hace unos años (seguro que más de uno instala la aplicación del correo electrónico del trabajo en su móvil). Ese desarrollo en internet hace que hereden comportamientos de la comunidad web, como que precisen de un mayor acceso a toda la información o que no entiendan determinadas jerarquías. También presentan un mayor aprecio por su tiempo libre, algo menos presente en otras épocas.

¿Tutor o mentor?
Durante estos periodos de prácticas son muchos los centros educativos que recurren a la fórmula de un tutor. Es la persona encargada de ver que en la relación entre empresa-alumno y entidad educativa todo se cumple conforme a lo acordado y de suscribirlo en un informe al final del periodo. Sin embargo, para conseguir un desarrollo mayor del potencial del becario se puede trabajar con un mentor. Según el experto en management Enrique de Mora “el mentor es una persona que transfiere su experiencia y conocimientos a otro de menor experiencia”. De mora propone que sea un figura reconocible dentro de la organización y distingue un papel más activo y estratégico que el del tutor

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