jueves, 22 de noviembre de 2012

Trabajar desde la cama

La cama una herramienta de trabajo 2.0

¿Es más productivo contestar mails desde la cama que desde nuestra mesa de la oficina? Más cómodo, seguro que sí.

Trabajar desde la cama un lujo para algunos y una necesidad para muchos
Los investigadores que estudian los hábitos de trabajo señalan que ha nacido una nueva generación, criada con los dispositivos móviles, que está cada vez más acostumbrada a utilizarlos mientras está acostado.
La mitad de los mil trabajadores encuestados por Good Technology, en California, aseguran que leen y responden mensajes desde el colchón. En Inglaterra otro estudio, realizado a 329 trabajadores británicos, asegura que 1 de cada 5 empleados pasa de dos a diez horas de la semana trabajando desde la cama.

Laura Stack, especialista en productividad, dice que ha visto como en los últimos diez años se han duplicado los clientes que usan con fines laborales su espacio de sueño. Según Stack lo que en principio puede hacernos más productivos no lo es, ya que la gente acaba por mirar el Facebook o sacar los billetes de avión de las próximas vacaciones en la oficina.
Daniel Sieberg es periodista. Ha escrito “La dieta digital”, un libro sobre cómo frenar la adicción a un dispositivo. Él ya había pasado por eso. De hecho empezó a trabajar tanto desde la cama que su mujer le puso un mote “Luciérnaga”, porque su cara en el dormitorio estaba iluminada constantemente.
Ergonomía y sueño
Esta tendencia ha generado que muchos fabricantes diseñen y comercialicen con éxito diferentes soportes con los que se puede trabajar con un ordenador de forma más cómoda. Los fabricantes de camas han preparado modelos de colchón más grande y otros en los que se puede elevar la cabecera para permitir un ajuste más ergonómico.
Don Chaffin, director emérito del centro de ergonomía de la Universidad de Michigan, recomienda el uso de un teclado desmontable y de un escritorio portátil, apoyando codos y brazos para que las muñecas estén rectas
El sueño también se ve afectado. Russell Rosenberg, presidente de la Fundación Nacional del Sueño, dice que la luz de las pantallas tiene a suprimir la melatonina, conocida como hormona del sueño. Además así “se rompe el vínculo entre el sueño y el dormitorio”.
Dificultades aparte, algunas personas siguen prefiriendo hacer su trabajo desde la cama. Es el caso de Charles Simic, que escribió varios de sus libros recostado, alegaba que allí “todo fluía mucho mejor”.

Y es que la realidad es que muchos trabajadores del sector 2.0 se acuestan acompañados de su portatil o tablet y dejan a su pareja en segundo plano.

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