martes, 25 de agosto de 2015

Puedes desconectar de tu trabajo fuera del horario laboral

Desconectar del trabajo una necesidad del trabajador de hoy en día

Recientemente, un estudio informaba que un 64% de los españoles consulta su móvil de trabajo antes de irse a la cama, según una encuesta de Citrix sobre el uso de dispositivos móviles. 

¿Soluciones? Las organizaciones de pensamiento más avanzado están en ello y pasa por tener en cuenta los siguientes aspectos organizativos:

La tecnología como factor estresante. La tecnología se ha diseñado para hacernos más eficaces y eficientes al automatizar tareas cotidianas, ofrecernos un acceso sencillo a la información y eliminar las barreras de comunicación. De forma utópica, estas herramientas nos permiten dedicar tiempo y esfuerzo a fines más creativos y productivos con más sentido. Pero a menudo suponen equipos que no funcionan y errores de red. Si añadimos a la presión para trabajar más rápido y ser más productivos la necesidad de estar al día de las últimas tecnologías, el exceso de información procedente de los cientos de correos electrónicos diarios y las constantes interrupciones a medida que entran otros nuevos, las ventajas de la tecnología disminuyen rápidamente.

No deje que las herramientas que supuestamente deberían ayudar a los trabajadores minen su capacidad de lograr objetivos, les frustren y estresen.

Solucione sus problemas informáticos, ofrezca soporte de alta calidad, elija soluciones respetuosas con el usuario y planifique con cuidado las implementaciones de nuevos sistemas y programas para que la tecnología forme parte de la solución y no del problema.

Entienda a sus trabajadores. Antes de pasar a ofrecer formación técnica, empiece por entender bien las actitudes de sus trabajadores hacia las tecnologías de la comunicación. Utilice las encuestas, las reuniones en grupos pequeños y las conversaciones individuales con los directivos para evaluar hasta qué punto los trabajadores están seguros de dominar las nuevas tecnologías y de utilizar las herramientas de las que ya disponen eficazmente. De igual forma, intentar conocer sus opiniones sobre las tecnologías utilizadas por la organización puede ayudarle a planificar una formación y comunicación más eficaces. Por ejemplo, si los trabajadores creen que las herramientas son demasiado complicadas, invasivas y requieren mucho tiempo o son demasiado impersonales, saberlo le ayudará a romper las barreras que impiden el uso de esa tecnología de forma eficaz y a crear en los profesionales un sentimiento de eficacia.

Examine su cultura. Salvo raras excepciones, es poco probable que sea necesario que los trabajadores estén “conectados” y puedan responder en todo momento. Sin embargo, las normas y expectativas de su organización pueden estar funcionando como una serie de normas no escritas que fomentan una mentalidad siempre “on”.

¿Un buen profesional responde a un correo de su jefe en cuestión de minutos, incluso por la tarde o los fines de semana? ¿Esperan los directivos que los trabajadores estén a sus órdenes nada más llamarles?

¿Qué comportamientos son deseables cuando se trata de disponibilidad y capacidad de respuesta y cuáles no? ¿Qué acciones se recompensan?

Los líderes de la organización, que es más probable que trabajen muchas horas extra y estén conectados fuera de su horario laboral, ¿están transmitiendo, con sus acciones, que quieren que sus empleados hagan lo mismo sin darse cuenta?

Estas normas y expectativas pueden aumentar el nivel de estrés de los trabajadores e impedirles que tengan el tiempo suficiente para descansar y rendir al máximo.

Además de profundizar en las suposiciones subyacentes de su organización y tomar medidas para tratar las disfunciones, los directivos y los equipos de trabajo deben hablar abiertamente de sus expectativas sobre el uso de las tecnologías de la información y la comunicación.

Las buenas intenciones se vuelven malas. Algunas organizaciones son conscientes de los problemas que el hecho de estar siempre conectado puede causar a sus profesionales y a la organización en sí, por lo que les obligan a desconectar. Con “apagones” de correo electrónico voluntarios u obligatorios, estos empleadores acaban eficazmente con las consultas del correo fuera del trabajo. Aunque esté pensado para “proteger” a los trabajadores, este enfoque sancionador puede estresar más sin que nos demos cuenta, ya que reduce la flexibilidad de los profesionales a la hora de decidir cómo, cuándo y dónde trabajar. Esto disminuye el control que tienen sobre su entorno laboral y les impide trabajar de mejor manera, al no adaptarse a sus necesidades y preferencias personales.

En lo que se refiere al uso de tecnologías de la información y de la comunicación, resulta más eficaz comunicar la importancia del tiempo de descanso y ayudar a los trabajadores a adquirir hábitos saludables. Si los empleadores se aseguran de que sus empleados cuentan con las destrezas necesarias para recuperarse del estrés laboral, evitar verse sobrecargados de trabajo y reducir al máximo los conflictos entre la vida familiar y laboral, estarán protegidos frente a posibles daños que puedan afectar al compromiso y la productividad, y se beneficiarán del valor que la tecnología puede aportar al entorno laboral.

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